Autor: admin | 24/01/2017
El presidente Donald Trump y parte de la industria automotriz en EU “fumaron la pipa de la paz” aparentemente tras la reunión que mantuvieron este martes en la Casa Blanca el presidente y los directivos de los tres principales fabricantes del país, General Motors (GM), Ford y Fiat Chrysler (FCA).
Tras la reunión el presidente de Ford, Mark Fields, que asumió el papel de portavoz del grupo, declaró que el sector automotriz apoya las medidas que Trump ha adelantado en los primeros días de su Gobierno. “Estamos muy animados por el presidente y las políticas que está adelantando”, declaró Fields.
Pero tras la reunión, las principales incógnitas sobre los planes de Trump para el sector, como la amenaza de imponer aranceles aduaneros del 35 % a los vehículos que fabrican en México y son importados desde el vecino del sur, siguen sin respuesta.
A pesar de que Trump anunció al inicio de la reunión con los fabricantes que reducirá las regulaciones para facilitar el establecimiento de plantas de producción en EU, el presidente del grupo Fiat Chrysler (FCA), Sergio Marchionne, reconoció luego que el presidente no ofreció detalles sobre sus políticas.
Sin embargo, Fields, quien en las últimas semanas ha pasado de ser el principal objetivo de los ataques de Trump a uno de sus más vocales defensores tras la decisión de Ford de sacrificar la construcción de una planta de montaje en México, fue más allá y alabó el “valor” del nuevo presidente.
“Me gustaría destacar la decisión del presidente de ayer de retirarse del TPP. Hemos sido muy claros como industria y como compañía, y en muchas ocasiones hemos dicho que la madre de todas las barreras es la manipulación de divisas. Y TPP no se enfrentó a eso de forma significativa”, continuó Fields.
“Apreciamos el valor del presidente en retirarse de un mal acuerdo comercial. Como sector, estamos entusiasmados de trabajar juntos, con el presidente y su Administración, en políticas fiscales, en regulaciones y comercio para crear el renacimiento de la industria manufacturera estadounidense”, terminó declarando.
Los principales responsables de GM, Mary Barra, y FCA, Sergio Marchionne, se mostraron más comedidos a la hora de aprobar las decisiones de Trump.
Incluso Marchionne bromeó frente los micrófonos tras la declaración de Fields, que el presidente de Ford había dicho “todo”.
Barra afirmó que la colaboración del sector con la Administración Trump supone “una enorme oportunidad” para “mejorar el ambiente, la seguridad, la creación de empleos y la competitividad del sector manufacturero”.
Posteriormente, GM emitió un comunicado en el que Barra añadió que mantuvieron “una discusión muy constructiva y amplia” sobre cómo pueden trabajar juntos en políticas que apoyen “una economía y sector del automóvil fuertes y competitivos, y que apoya el medio ambiente y la seguridad”.
Y Marchionne, a través de un comunicado, dijo apreciar “el enfoque del presidente de hacer que Estados Unidos sea un gran lugar para hacer negocios”.
“Esperamos trabajar con el presidente Trump y miembros del Congreso para fortalecer el sector manufacturero estadounidense”, añadió Marchionne.