Autor: admin | 26/01/2017
Oye, ¿qué Mazda es éste?, preguntó la novia de un amigo cuando vio por primera vez nuestro Toyota Yaris R. Era de noche y lo vio por atrás, tú hubieras preguntado lo mismo… o quizá lo habrías confundido con un Mazda3. No es ningún secreto que el nuevo sedán de Toyota es un Mazda2 Sedan que nació de la aventura que emprendieron ambos fabricantes hace algunos años en México —en Salamanca, en concreto.
Lo tuvimos en nuestro garaje durante una semana, en la que recorrimos cientos de kilómetros hasta comprender a detalle en qué consiste la propuesta de los japoneses para el segmento de los sedanes subcompactos de gama alta y, de paso, descubrir cómo es que Toyota adaptó el Mazda2 a su gama de productos en México.
“Ah, no, espera, es un Yaris… o sea, ¿cómo?”
Antes de que tuviera oportunidad de responderle, la novia de mi amigo se dio cuenta de que donde deberían estar los logos de Mazda, estaban los de Toyota. Acto seguido, pregunta: “Ah, no, espera, es un Yaris… o sea, ¿cómo?”. Si lo vemos desde atrás, el Yaris R nos cuenta que en Toyota no quieren esconder su origen Mazda; las calaveras —de carcasa transparente— y la defensa recuerdan mucho al Mazda3 Sedan.
El diseño de la parte delantera es la parte menos Mazda del coche, pero también la más criticada. Los faros afilados, combinados con una enorme parrilla de acabado laqueado y de gran peso visual, consiguen una apariencia agresiva que a algunos ha agradado, pero a otros no tanto. Al final, es diseño y, por lo tanto, subjetivo.