Autor: Roberto Pérez S. | 13/07/2020
Jaime sabía la gran responsabilidad que tomaría al ser médico, sobre todo porque salvar vidas es algo fundamental, su abuelo quien también estudió para ser doctor se lo recordaba constantemente y con esto en mente, Jaime recorría en autobús, cientos de kilómetros diariamente, de su casa a la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, durante más de 6 años, para concluir sus estudios y recibirse como médico cirujano.
Hoy, Jaime Segura Rodríguez, al igual que muchos médicos y personal de la salud, se encuentra en la primera línea de batalla contra el COVID-19. Hace tan solo unas semanas se enlistó en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para atender a miles de mexicanos, sin importar que estuviese lejos de su familia y que tan solo pudiera visitarlos de vez en cuando, eso sí, de forma segura, y bajo las medidas preventivas necesarias a bordo de los buses de la estrella de tres puntas.
Este héroe de bata blanca los días continúa haciendo su mejor esfuerzo por lo que su abuelo le recordaba día con día: salvar vidas.
De forma similar, María Guadalupe, sale de miércoles a domingo a las 5:00 a.m. de su domicilio, ubicado en las inmediaciones de la alcaldía Azcapotzalco, en la Ciudad de México, para ir al Hospital General de La Raza. Ella es enfermera y trabaja en el área de COVD-19, sabe que, a pesar del peligro, su labor es fundamental, e irónicamente, tuvo que separarse de sus hijos para ponerlos a salvo, ellos están con sus suegros en Pachuca, Hidalgo, para evitar que puedan contagiarse en caso de que Lupita contrajera el virus.
“Todos los domingos, llego a la central puntualita para subirme al autobús que me llevará a ver a mis hijos. A pesar de que no hay alguien con quien platicar durante el trayecto para hacerlo más ameno, debido a la distancia que debe prevalecer entre pasajeros, pienso que en cualquier momento estaré en casa de mis suegros para reunirme con mis niños y ni siquiera el cubrebocas, que no me quito ni un segundo, puede disimular mi gran sonrisa”, comenta María Lupe quien, “NoSeRaja y sigue al pendiente de sus hijos y pacientes.
Otra heroína es Diana Martínez, ella forma parte de la gendarmería nacional y ahora, de la Guardia Nacional. Para integrarse a sus actividades diarias, se transporta en uno de los tantos Torinos que ruedan por el Circuito Bicentenario hacia Tacubaya, mismo tipo de unidad en las que regresa a casa. Ella es de Cuernavaca, pero desde los 20 años vive en la Ciudad de México.
“De niña jugaba a los policías y ladrones con mis hermanos Pedro y Uriel, desde ese entonces supe que quería ser policía para hacer justicia ante los malos. Y así ha sido desde hace 5 años que estoy defendiendo el orden de la capital. Ahora con el Coronavirus, es más complejo, uno pensaría que la delincuencia disminuiría, pero no, los ladrones siguen haciendo de las suyas y entonces yo #NoMeRajo y sigo patrullando las calles de esta gran ciudad”, dice Diana.
“Además, a fin de mes, tomo mi autobús para Cuernavaca, para visitar a mis papás, tomando todas las medidas sanitarias para cuidarlos, quienes siempre me muestran su apoyo, me inyectan fuerza para seguir adelante, para no rajarme y continuar velando por la seguridad de los mexicanos”, concluye la policía.
Los viajes de larga distancia hechos principalmente para el turismo representan más del 5% del Producto Interno Bruto (PIB) y generan más de 2 millones de empleos directos y otro millón de forma indirecta, acorde a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
“Los autobuses foráneos para el turismo o larga distancia son elementales para la industria turística nacional, tan solo en 2019, 3 mil millones de personas fueron a distintas ciudades en autobuses. Esto resalta la importancia del sector de pasaje, por eso, nosotros como expertos en movilidad no nos rajamos y vamos por la reactivación del turismo mexicano”, puntualizó detalló Raúl González, Director de Ventas, Mercadotecnia y Postventa de Mercedes-Benz Autobuses