Autor: JULIO MARCELO BRITO ALVISO | 05/04/2019
El sector automotor vive momentos intensos. Cierto, se registró una caída trimestral importante, pero cuando nos vamos al detalle, encontramos ganadores y perdedores. Por ejemplo, vemos un repunte muy firme de marcas como Mazda, que dirige Miguel Barbeyto.
Quién iba a creer que a estas alturas Mazda fuera a tener mejor participación de mercado que Ford y FCA, que tienen 4.6% respectivamente.
Mazda va camino al cinco por ciento de participación. Actualmente está en 4.9% y ya ocupa el séptimo lugar en ventas, aún sin participar en el segmento de las SUV y sus modelos no son de mayoreo. Es una marca que le pega mucho al segmento de lujo y es ahí en donde radica su rentabilidad.
Otro punto muy similar es Toyota que mantiene el ritmo con una participación de mercado de 7.8 por ciento, contrario a marcas como Nissan , de Mayra González que ha visto caer su participación desde un 24 por ciento a 21.5%, siendo la marca que tiene mayor mercado.
PRESIONES. La industria automotriz no la trae consigo desde que fue electo Donald Trump como presidente de los Estados Unidos. Se vivió una renegociación del Tratado de Libre Comercio, que terminó en restricciones importantes para la producción en México, que de plano se alejó y ahora vive un conflicto en frontera desde que se inició la presente administración de Andrés Manuel López Obrador.
La amenaza de Trump de cerrar las fronteras por el clima migratorio ha creado caos en la frontera norte y las esperas para cruzar se han incrementado hasta ocho horas, lo que conlleva un cuello de botella muy severo. La mayor parte de los grandes manufactureros y maquiladores juegan con el just in Time de manera estricta. Ampliar horas, obliga a incumplimientos, especialmente con el cliente final y eso a estas alturas resulta fatídico.
Por los esquemas de manufactura, hay un intenso intercambio de módulos de producción, que van y vienen de manera importante, esto significa casi detener las líneas de ensamble. La presión que impuso Trump al gobierno mexicano es muy intensa, especialmente ahora que encadenó el Tratado Comercial con el tema migratorio, como si México fuera el único beneficiado en la negociación.
