Autor: JULIO MARCELO BRITO ALVISO | 05/12/2017
Hace menos de un mes tuvimos la oportunidad de platicar con Miguel Barbeyto, Presidente y director general de Mazda de México y nos comentaba la fuerte competencia que hay entre las marcas en un momento donde las ventas caen. De acuerdo a resultados de las asociaciones de la industria automotriz y distribuidores de automotores la caída en noviembre fue del 8 por ciento y en el acumulado anual es del 2.8%, lo que llevará al sector a cerrar en 1.5 millones de vehículos nuevos ofertados.
La intensa competencia tiene en un dilema a cada una de las marcas, porque en algunos casos se registra un sobre inventario, que tiene un alto costo para los concesionarios y en otras marcas la previsión fue tal que falta producto. El director de Mazda nos comentaba que los dos escenarios son nocivos, pero si había que escoger alguno, prefería la segunda opción.
Nos comenta que cuando existe un sobreabastecimiento los costos financieros los cargan principalmente los distribuidores y en muchas ocasiones, las marcas tienen que entrarle a subsidiar y es cuando empiezan a brotar la estrategia de bonos, para sacar los inventarios.
Desde el punto de vista del consumidor siempre es atractivo obtener un descuento, pero en el fondo hay una profunda desigualdad, porque antes hubo un cliente que compró a precio completo. Otros buscan subsidiar tasas y vemos marcas que ofrecen financiamiento hasta del 8.9 por ciento.
Sin embargo, subsidiar las ventas, al final hace mal a todo el mercado, porque distorsiona los precios, aunque en tiempos de crisis es una herramienta a la que se le echa la mano.