Autor: admin | 23/05/2017
Por Julio Brito A.
Mark Fields, ex presidente ejecutivo de Ford, cavó su suerte en el momento en que decidió cancelar el proyecto de San Luis Potosí, para producir el Focus y emprender lo que inversionistas de la bolsa de Nueva York consideraron una aventura cara, que costará miles de millones de dólares y por consecuencia una baja en los rendimientos, después de perder 40% del valor bursátil en los últimos dos años.
La planta de San Luis Potosí representaba para los inversionistas cosechar ganancias y hacer rentable la operación; sin embargo, Fields cedió ante las presión del presidente Donald Trump y se embarcó en un plan de negocios, que lo único que representaba eran gastos y recuperación una incógnita. Apostar solamente a los autos autónomos, hacer una inversión de 800 millones de dólares al vacío, terminó por echar abajo al CEO Field.
Trump está en su papel de anclar la inversión, pero en un mundo global es muy complicado querer hacer una aldea. En los negocios, el juego se llama rendimiento, retorno y Fields apostó todo a Trump, incluido el sueño de disminuir los impuestos corporativos.