Autor: admin | 29/02/2016
Por Julio Brito
Las nuevas tecnologías marcan una revolución en la forma de hacer un proceso, en este caso la compra venta de un auto. En Estados Unidos se desató una fuerte polémica sobre la forma de operación y servicio en que ofrece Tesla Motors sus autos eléctricos y que General Motors pide un trato parejo, pues a su juicio se violan leyes y reglamento de la manera de comercializar vehículos.
El tema tiene muchos rasgos conceptuales al tema de Uber y taxis tradicionales. Mientras los primeros operan sin tarjetón, sin placas oficiales, sin licencia de servicio público etc., lo otros tiene que cumplir hasta con el “moche” a los inspectores. El terreno de juego es muy chipotudo.
Lo mismo sucede en la venta de autos. Al poner una concesionaria, las autoridades piden una serie de requisitos, como un taller de servicio, garantías y además hay todo un código para entrar al mundo de ser concesionario de una gran marca. Tesla, se va por la libre y vende autos como si fueran pizzas con servicio a domicilio. No requiere de un establecimiento físico y la venta es directa, por lo que de principio ya no cumple con la ley.
Al principio no había motivo de qué preocuparse porque el Tesla Modelo S es tan caro -70 mil dólares- y pequeñito el mercado que inquietarse era exagerar. Pero resulta que General Motors tiene en puerta el lanzamiento del nuevo Bolt eléctrico, que ofrece una independencia de combustible de 200 millas y competirá de manera directa con el Tesla Model 3, en precios que rondarán los 37 mil dólares. Aquí la historia cambió.
De principio el campo de batalla es en Indiana, Estados Unidos, en donde Tesla inicia sus ventas y es considerado como un gran laboratorio para la industria del futuro. Se calcula que para el año 2035 se estarán vendiendo 35% de autos eléctricos. A diferencia de los taxistas que no tienen los recursos para obligar a las autoridades a apegarse a las leyes o hacer nuevas, en la industria automotriz saben y conocen la manera de defenderse.
Ante los cambios tecnológicos las empresas van a competir con toda clase de instrumentos. Si es necesario comprar empresa o hacer alianzas lo harán de la misma manera de buscar, en las leyes, poner el piso parejo para todos los participantes. La autoridad deberá relajar su supervisión en el campo de ventas, con las obligaciones que tienen con los consumidores, si deciden que el mercado puede ser electrónico.