Autor: admin | 15/03/2022
Desarrollo, puesta a punto y calibración… todo orientado a una experiencia de conducción distintiva de la marca de los cuatro aros
Para Audi, un comportamiento de conducción controlado se define por una respuesta de la dirección precisa y predecible. Para conseguir estas características, los desarrolladores siguen una filosofía de puesta a punto establecida durante las pruebas de conducción sobre nieve y hielo: el vehículo debe seguir de forma instantánea las órdenes transmitidas desde el volante al entrar en una curva. La facilidad para seguir la trayectoria hasta llegar al vértice y el bajo esfuerzo al deshacer el giro para salir de ella son también preceptivos. El resultado: un comportamiento predecible del trayecto del vehículo en función del ángulo de dirección, combinado con un carácter ligeramente sobrevirado, en el que se evita el subviraje.
Cada uno de los sistemas que intervienen en el control del chasis está calibrado con precisión con relación a los demás. Ninguno domina en detrimento de la experiencia de conducción, que debe resultar natural. La dirección dinámica en las cuatro ruedas está ajustada intencionadamente para que el vehículo parezca mucho más pequeño y manejable, sin producir una experiencia de conducción artificial. Los sistemas integrados en un Audi están equilibrados entre sí y siempre calibrados con precisión.
Para que los clientes tengan la sensación de seguridad que otorga poder controlar el vehículo en todo momento, el objetivo principal es evitar un movimiento excesivo de la carrocería al pasar sobre irregularidades pronunciadas. Por lo tanto, la puesta a punto está pensada para que el vehículo resulte fácil de controlar, incluso en los límites de la adherencia. La filosofía básica es ofrecer siempre una sensación de previsibilidad en la respuesta del auto. En el e-tron S, por ejemplo, el sistema activa el par de los motores eléctricos en solo 30 milisegundos tras reconocer las condiciones de marcha. En el sistema de tracción quattro eléctrica, en lugar de accionar un embrague mecánico se distribuye la electricidad según sea necesario. Así, la interacción de los sistemas de control con el conductor genera una sensación de seguridad. La dirección es directa y la respuesta al acelerador resulta inmediata. La forma en que el carácter del vehículo cambia con la selección del modo de conducción es claramente perceptible.
Todos los elementos, funciones y cualidades descritas constituyen el marco en el que los desarrolladores de Audi definen y evalúan el comportamiento dinámico de todos los modelos durante las pruebas de conducción, tanto en condiciones invernales como normales. Solo así se consigue lo que los clientes perciben al conducir su Audi: esto es un Audi.