Autor: admin | 01/12/2015
* Al final es inversión y no préstamos
Por Julio Brito A.
Una cosa es atraer inversión bursátil, que puede entrar y salir del país con la facilidad de un teclazo, y otra es arraigarla para muchos años, que además tiene intrínseco la generación no sólo de empleo, sino regional. Bajo este principio se entiende el compromiso de los diferentes niveles de gobierno tanto federal como estatal para atraer la planta de Kia Motors a México, que a su vez comprometió en el municipio de Pesquería 2,300 mil millones de dólares y 3 mil empleo directos.
Entendemos que el fondo es más político que económico por la guerra entre el ex gobernador Rodrigo Medina y el actual, Jaime Rodríguez, pero como dijo con justa razón el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, no se puede dar de patadas a una inversión de esa magnitud.
Hay malas comparaciones. Por ejemplo se dice que los compromisos que suscribió el ex gobernador, representan el 11 por ciento de la deuda del Estado. La realidad es que debería referirse a los beneficios que representa, pero además las “obligaciones” son totalmente razonables.
Por ejemplo, que tengan acceso a una toma de gas natural, a una acometida de energía eléctrica, que por su dimensión deberá ser una pequeña subestación, vías de acceso, agua y drenaje. Son inversiones, no deuda. Al final la planta ensambladora tiene la virtud de atraer a otras tantas, para formar los famosos cluster. Los tendidos servirán de infraestructura no sólo a KIA sino para el crecimiento regional. Ojalá y esos fueron los verdaderos problemas de México.