Autor: JULIO MARCELO BRITO ALVISO | 02/09/2020
JULIO BRITO A.
A pesar del triunfalismo del Presidente Andrés Manuel López Obrador, en el sentido de que la economía va bien y se recupera, la realidad es terca. Una muestra es la industria automotriz, que en julio daba la impresión que se recuperaría de manera rápida, de tal forma que la crisis tuviera una figura de V; es decir, una caída fuerte, pero también la recuperación. Sin embargo, a la luz de los resultados de agosto el mercado se alentó y tuvo una caída de 31.4 por ciento acumulada en los primeros ocho meses del año, lo que significa una recesión tipo U; o sea, una caída fuerte y dificultades para rebotar, lo que propició la mayor caída en ventas de la industria en los últimos 25 años.
Había entusiasmo en julio sobre la posibilidad que el sector automotriz fuera el motor del repunte ante pandemia y recesión, pero los datos de agosto que ofreció el INEGI, que dirige Julio Santaella, son desalentadores. No hay tal rebote vigoroso, toda vez de que las ventas disminuyeron al colocarse solo 77,092 unidades, en términos porcentuales o 28.7% menos de compararse con los resultados de agosto del año pasado.
El clima de negocios es desesperante. Mantener el semáforo de la pandemia de Covid-19 en naranja congela más del 50 por ciento del tamaño de las empresas y para muchas el retomar actividad significó más que ingresos gastos, porque las ventas están caídas. La gente no va a restaurantes, no compra, coches, casas y menos se divierte. El ambiente es desalentador y la Concamín, ya comentó sobre el masivo cierre de empresas, muy cercano a las 500 mil.
“Aunque se mantiene la tendencia de recuperación respecto del punto de mayor caída de abril, en el mes de agosto se observó una desaceleración respecto al mes anterior: mientras que en julio se vendieron 10,060 unidades más que en junio; en agosto solo se vendieron 4,195 unidades más respecto a julio”, dice Guillermo Rosales, director general adjunto de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores.
Las marcas han hecho su mejor esfuerzo de venta ofreciendo descuentos, financiamiento, planes a la medida, incentivos como seguro de vida gratis y nada es suficiente. “Pandemia, desconfianza del consumidor sobre el futuro de su economía personal, incremento en los precios de los autos, fueron factores que incluyeron en la caída de las ventas, más allá del pronóstico”, señaló la AMDA.
