Autor: JULIO MARCELO BRITO ALVISO | 09/01/2018
Empezó el Consumer Electronics Show en Las Vegas, mejor conocido como CES. Un evento de gran calado que poco a poco va tomando una importancia relevante. Los primeros años se consideró como un evento de marketing, para el consumo directo hace 18 años. Sin embargo, conforme avanza la tecnología se ha convertido en el máximo escaparate que reúne, no solo a consumidores sino a empresas, proveedores con vista al futuro.
El CES este año reunirá a 63 mil ejecutivos de primer nivel y a más de 7,500 periodistas. La industria automotriz no escapa a la fiebre y mostrará una revolución importante. Mientras que en 2017 todavía se hablaba del auto autónomo y sus bondades, como el gran objetivo a seguir, hoy se habla de Inteligencia Artificial –IA. Todavía hace 12 meses proyectar alcanzar la autonomía Nivel 5 era la meta y que significa que el vehículo no cuente ni con volante, hoy las novedades están en el área de IA. Los primeros autos totalmente autónomos estarán en las calles entre 2020 y 2025.
Por ejemplo, Nissan ha invertido cerca del 5 por ciento de sus ingresos —más de 4 mil millones de dólares— en los autos del futuro, de tal manera que presentará un tipo de casco del doctor Emmett Brown, personaje de la película Volver al Futuro, de tal suerte que el auto se adelanta a los actos del conductor, al percibir las vibraciones neuronales, por hasta 2 segundos.
Un proveedor de la industria automotriz, Visteon, presenta una tecnología de visualización frontal, que incluye un dispositivo de realidad aumentada en el que la información se superpone con imágenes emitidas por una cámara. Ford está presentando vehículos sin volantes que se guiarán a través de geofences. Volvo tiene a prueba 100 crossover XC90, que tiene todavía la opción de conducción humana.
Mercedes Benz anuncio la introducción de un vehículo impulsado por Inteligencia Artificial, de mano de su proveedor Nvidia, que será una especie de copiloto y se manejará con reconocimiento de voz y facial.
Lo interesante es que parece que se llegó al techo del desarrollo del hardware automotriz y se enfocara en el software. Ford llegó a la conclusión de que el teléfono inteligente debe jugar un papel más preponderante. La idea es que la pantalla del teléfono inteligente se proyecte en una parte de la consola o el parabrisas y manejar toda la serie de aplicaciones, que el conductor maneja cotidianamente.
En fin, las propuestas sobran y sólo es cuestión de tiempo para saber cuáles podrán llegar a la meta final.
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