Autor: JULIO MARCELO BRITO ALVISO | 23/06/2022
Si realmente el gobierno federal, como los dijo el Presidente Andrés Manuel López Obrador, tiene la intención de que México produzca el 50% de vehículos eléctricos del ensamble total nacional para el año 2030 y combatir el cambio climático como se estableció en el Foro de las Principales Economías del Mundo para el 2030, lo más recomendable es establecer mesas de trabajo con la industria, que tengan como principio atraer las inversiones necesarias y apuntalar una serie de incentivos, para que cómo en la década pasada, se multipliquen las plantas productivas cero emisiones.
Cumplir el objetivo no es sencillo. Actualmente se venden en México 46 mil unidades eléctricas, hibridas y sus demás versiones al año. En cuanto a producción, Ford es la que más genera, pero apenas representa el 2 por ciento de la fabricación total en México, que es de 3.5 millones de unidades anuales. General Motors anunció la inversión de mil millones de dólares para reconversión de su planta de Ramos Arizpe y en algún momento empezar el ensamble y Nissan prepara el despegue de la producción en masa de autos híbridos, donde su propulsor principal es eléctrico. Pero falta mucho más.
Quizás presionado por el gobierno de Estados Unidos, el Presidente de México tomó la decisión de lanzar su decálogo. Hasta el momento no encontramos ninguna medida que favorezca a la industria automotriz en el sexenio. Al contrario, Decretos sobre legalización de autos viejos importados de la frontera norte, le ha pegado a la industria.
Sin embargo, podría darse un cambio importante y empujado por Joe Biden en temas ambientales se decida impulsar un plan de infraestructura, que tenga como meta la disminución de contaminantes sólidos, líquidos o gaseosos al medio ambiente. Sería un inicio importante para solucionar de raíz las contingencias ambientales, que tanto daño hacen a la economía y salud pública
