Autor: admin | 18/12/2015
En esta ocasión, tuvimos la oportunidad de manejar uno de los vehículos más icónicos del segmento “ american muscle car”, el Mustang, mismo que llegó en una exclusiva edición limitada que celebra los 50 años del “Pony Car”.
Texto, Test y Fotos: Eduardo Jiménez
Uno de los autos más reconocidos, pero al tiempo, queridos del mundo, sin lugar a dudas es el Mustang. Cincuenta años han transcurrido desde aquel primer modelo del “pony car” presentado, en el que el Sr. Henry Ford quiso plasmar en un auto el verdadero sentimiento de manejar con toda la libertad que el ser humano merece, tal y como un caballo salvaje –de donde tomó origen su nomenclatura- galopa por las interminables praderas americanas. Fue así que se desarrolló un auto que, sin que el mismo lo imaginara, se convertiría en el mismo estandarte de la compañía y como tal, un ejemplo a seguir por muchas armadoras, todo para crear el auto musculoso deportivo que la gente “necesita” en su garaje.
Sin más preámbulos, llegó a nuestras manos un Mustang GT edición 50 aniversario, del cual, solo se produjeron 1964 unidades para todo el mundo –en honor al primer modelo lanzado- y que para nuestro país, se limitó a solamente 50 unidades, de las cuales, tres ya fueron subastadas. Este tributo hecho auto, está lleno de detalles especiales, que lo diferencian del resto de la gama. Para comenzar, tenemos la parrilla frontal en cromo estilo vintage, la cual, se acompaña de un par de branquias en el cofre para ayudar a su correcta ventilación. Los rines de 19 pulgadas son de diseño específico y también basan su dibujo en aquellos pertenecientes al primer pony car. Los mismos portan neumáticos Pirelli P Zero Nero tipo ZR. En la parte posterior del auto, ubicada en la parte central del portón de la cajuela, luce el emblema conmemorativo en cromo.
LA EXPERIENCIA
Al interior, los detalles decorativos que adornan el habitáculo, nos transportan a la década de los 60. El aluminio cepillado, adorna el tablero y algunos elementos como su pomo de velocidades y asideras de las puertas. Los pedales, también están elaborados en este material. Más allá de esto, la placa conmemorativa en el lado derecho central del salpicadero nos recuerda la edición del auto. Como en todo GT, la piel se encarga de confeccionar asientos, volante, puertas y tablero, donde los plásticos, al ser minoría, gozan de un tacto muy superior.
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El sistema multimedia cuenta con la interfaz MySync de Ford, a través de una amplia pantalla táctil, solo complementada con una resumida y clara botonería de apoyo, que nos ayuda a configurar el clima y algunas funciones del auto, como los modos de manejo, desconexión del control de tracción y tacto del volante.
Manejarlo, se convirtió en una grata y emocionante experiencia, que desde el momento de echar a andar su motor V8 naturalmente aspirado y escuchar el patentado bramido -característico de este propulsor- pareciera que nos invita a tomar la primer carretera disponible y surcarla a máxima velocidad. Todo se torna mejor aún cuando engranamos la primer de seis marchas a través de su caja manual, las relaciones, como en todo buen deportivo las relaciones son cortas y embonan con precisión, pareciera que solo nos quiere inducir a exprimir más y más del mismo.
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Un detalle digno de mencionar es la elasticidad de este bloque mecánico para trabajar a bajos regímenes, permitiéndonos hacer los cambios desde las 1,800 rpm sin que este se “asonce” o pierda contundencia. Algo muy útil, sobre todo en nuestra urbe, donde a veces ni de segunda pasamos, esto, nos permite también optimizar al máximo nuestros consumos. Otro detalle a destacar, es el asistente de pendientes, donde en automático bloquea las llantas al momento de arrancar en superficies inclinadas, esto para evitar que el auto o se nos vaya hacia atrás o bien, se nos apague en la maniobra, gran función.
EN POCAS PALABRAS
Sin lugar a dudas, el mejor ambiente para el Mustang son las pistas, ahí donde es posible comprobar que, en definitiva, estamos frente a la mejor generación jamás creada. Cada curva y cada recta pueden ser trazadas sin dificultades. En parte gracias a su sistema de suspensión con brazos independientes en las cuatro ruedas y las asistencias que, si bien trabajan con precisión, permiten también divertirnos. Claro está que también podemos desconectarlas manualmente, o bien seleccionar el modo Race + para una experiencia aun más intensa. Aquí, las bondades de la tracción trasera hacen del manejo, una delicia y en momentos, lo convierten en impredecible. Aquí, es cuando nos damos cuenta que existen más de 400 equinos debajo del capó y donde solo la dosificación del pedal derecho así como nuestro sentido común, son los únicos limitantes.
Aunque esta edición está limitada solo para unos pocos afortunados, este auto nos recuerda que la esencia original está impresa mejor que nunca en esta generación y que si bien, ya no alcanzaste uno de los 48 autos destinados para nuestro país, seguro un GT V8 no decepcionará. Es difícil concebirlo, pero en verdad es un auto que se puede usar diario, si bien la calidad de marcha es muy deportiva, por lo mismo rígida, al tiempo es confortable. Y sí, aunque las plazas traseras, solo sean para niños o personas de muy baja estatura, hay que recordar que este auto fue concebido no como un familiar, sino como un deportivo pura sangre.
FICHA TÉCNICA
Motor:
V8, 5.0 litros
Potencia / Torque
435 HP / 400 lb-pie
Transmisión:
Manual, de 6 vel.
Tracción:
Trasera
Frenos:
De disco, en las 4 ruedas con ABS
NOS GUSTA
+ Manejo 100% deportivo
+ Calidad en materiales
+ Comportamiento en ambientes combinados
POR MEJORAR
Espacio en butaca trasera
Dureza pedal de embrague
– Iluminación interior pobre