Autor: admin | 23/09/2015
* Al aire, planta de Audi en San José Chiapa
* En Puebla hacen nave para la SUV Tiguan
Por Julio Brito A.
La pregunta natural es cómo va a afectar el caso del software que alteraba los niveles de emisión de gases de motores a diésel de Audi y Volkswagen a México. La respuesta es que será un golpe frontal, porque existen dos grandes proyectos de expansión. El primero es una fábrica de Audi que se construye en San José Chiapa, Puebla, para producir la SUV Q5 y la otra es el proyecto de Volkswagen Tiguan, que incluye una nueva nave en la planta de Puebla. Todo con miras a vender en Estados Unidos.
El proyecto depende directamente de la repercusión que se tenga en Estados Unidos, donde se pretende enviar más del 80 por ciento de la producción. Sanar las heridas lleva tiempo y los costos de la curación para Volkswagen son inciertos. Reservaron 7,200 millones de dólares para enfrentar la contingencia, pero dicen muchos que es una cantidad ridícula. La otra es convencer, a través de marketing, que Volkswagen y Audi se van a portar bien en el futuro y que deben confiar en la marca, lo que se habla también de un periodo de tiempo importante.
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Si la producción no estuviera enfocada al vecino del norte, los efectos serían menores, pero a dónde enviar los miles de autos que dejarán de comprar los consumidores estadunidenses, cuando en China se cayó la demanda y Europa no se recupera del todo. Hace apenas unas semanas el presidente Peña Nieto inauguró una superautopistas con el único fin de servir a la planta de Audi en Chiapa en sus labores de exportación. En México no se consumirá ni el 15% por ciento de las 155 mil unidades que se produzca, así que de menos un ajuste se tendrá que hacer.
Los efectos en el mercado interno serán menores, no sabemos el impacto porque preguntamos a los voceros de VW en México, pero por razones obvias son una tumba. Nadie quiere decir ni pío. Los escenarios que vemos son tres. El primero, que se mantengan los proyectos de expansión como están y la recuperación del mercado estadunidense se hace de manera rápida, antes del 2018. La segunda y más viable es moderar el proyecto y adecuarlo a la demanda que se vaya a generar, una vez pasado el trago amargo, y la tercera, que de plano se cierren los proyectos, lo que implicaría que Volkswagen saldría también de Estados Unidos, cosa remota. Todo dependerá directamente del nivel de las sanciones.
