Autor: Roberto Pérez S. | 17/12/2019
Reglas del acero para industria automotriz en T-MEC, a revisión en seis años: AMIA Los cambios en el tratado señalan que dentro de siete años el acero que se utilice en el sector automotor debe tener 70% de contenido regional.
Los cambios realizados en el Tratado comercial México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) para obligar a usar más planchón de acero de la región en la industria automotriz podrían someterse a revisión antes de que entren en vigor, dijo Eduardo Solís, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
Para la ratificación del acuerdo, a la obligación de que 70% de las compras anuales de acero y aluminio de las armadoras sean de Estados Unidos, Canadá o México, se agregó que el planchón de acero, es decir, la primera fundición del mineral de hierro, también tiene que hacerse en la región.
La AMIA destacó la nueva regla al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) respecto al origen del acero y aluminio para la fabricación de vehículos se implementará dentro de siete años, pero el T-MEC por completo será sometido a revisión en seis años, es decir, antes de que entre en vigor.
“Esto será, entre muchos otros puntos, uno de los temas a revisar y analizar, y si no existen las condiciones, podría proponerse una extensión del plazo, pero esto último sería especular”, comentó.
El cambio firmado entre los gobiernos de los tres países señala que dentro de siete años, el acero que se utilice en la industria automotriz debe tener 70 por ciento de contenido regional; sin embargo, para que cuente, su primera fundición (transformarse de mineral de hierro a planchón), debe ser en cualquiera de los tres países.
Actualmente, el planchón puede venir de otros países como Brasil, Corea del Sur, China o de Norteamérica.
“El cambio, en esencia, es que el planchón tiene que ser de la región después de siete años. Pero, en el propio tratado, hay una cláusula de revisión a los seis años, donde el tratado completo entra a inspección y se evalúa desde un año antes”, dijo Eduardo Solís, presidente de la AMIA.
“Habrá que ver si se cumple que haya la disponibilidad del planchón para continuar con esa regla o, si no lo hay, se tendrá que discutir entre los tres países la posibilidad de una extensión”, afirmó.
El nuevo requerimiento del origen del planchón implica importantes inversiones de las acereras en México y Norteamérica, por lo que es un tema que le compete más al sector siderúrgico, agregó.
Por otra parte, la asociación reconoció que la ratificación del T-MEC le da certidumbre al mercado nacional.
Sobre el capítulo laboral, el presidente de AMIA dijo que eso lo está discutiendo la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) y el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y que ellos se alinearán con lo que decidan estás cúpulas empresariales.
Insistió que el T-MEC es un instrumento que dará certidumbre a las empresas y sus inversiones y eso impulsará la economía de los mexicanos.
“Certidumbre en la inversión de traduce en empleo, y si hay trabajo las personas tendrán confianza de invertir en bienes durables, como casas y automóviles, eso puede reanimar la economía nacional”, destacó.
Para la ratificación del acuerdo, a la obligación de que 70% de las compras anuales de acero y aluminio de las armadoras sean de Estados Unidos, Canadá o México, se agregó que el planchón de acero, es decir, la primera fundición, también tiene que hacerse en la región.