Autor: Roberto Pérez S. | 15/11/2019
Hace 55 años Ford alcanzó uno de los objetivos que marcaría su historia por siempre: convertirse en un jugador icónico dentro del mundo del automovilismo de alto rendimiento, escribiendo una leyenda en esta disciplina. La Unidad de Alto Rendimiento y Modelos Especiales fue la encargada de diseñar y ensamblar un auto GT de carreras que tuviera el potencial para competir en los principales circuitos, Sebring y Le Mans.
Para lograrlo, Ford adicionó al equipo a Roy Lunn, quien ya había desarrollado un diseño junto con Carroll Shelby y otros colaboradores de Ford, y como primera misión tuvieron que identificar a un equipo que pudiera construir los vehículos, y eligieron a Eric Broadley, considerado un disruptor en la materia y a John Wyer, quien ya había ganado anteriormente en Le Mans con otra escudería.
En 1965, el equipo comienza las pruebas de aerodinámica con la ayuda de una computadora instalada por Ford Aeroneutronics, y posteriormente realizaron cambios de materiales que les permitiera lograr un vehículo ligero y veloz, y de pronto, el Ford GT40 comenzó a parecerse no solo a un automóvil de carreras, sino a funcionar como tal, lo demás es historia.
Conoce toda la historia detrás de la victoria que marca la culminación de tres años de esfuerzo, diseño, ingeniería e investigación para dar vida a un auto de carreras ganador y a un equipo que, sin duda, es una leyenda del automovilismo, ingresando al siguiente link, donde encontrarás materiales inéditos, por primera vez revelados. Visite www.corporate.ford.com.